viernes, 23 de julio de 2010

Reflexiones sobre "The Dark Knight"

- “Teniente Gordon: ¡Te van a perseguir!

- Batman: Tú me vas a perseguir. Tú me vas a condenar. Dirige tu arsenal hacia mí. Porque eso es lo que tiene que suceder.”

Es increíble que una película de un súper héroe describa de una forma tan certera nuestra realidad, incluso más que nuestra propia prensa. Ciudad Gótica se encuentra más corrompida que nunca. La fuerza pública es inútil y la justicia es manejada por quien tiene el dinero para hacerlo. El sentimiento de impotencia es tan grande que dan ganas de romper todas las leyes para no tener que romper la norma socialmente aceptada de “marica el último” (perdonen por la expresión). La razón es muy sencilla, en el mundo de Ciudad Gótica, debido a que sólo triunfan los corruptos, se podría considerar que la corrupción debe ser socialmente aceptada como único método de supervivencia. ¿Suena conocido?

Pero en éste maquiavélico mensaje aparece nuestro querido héroe. El Caballero de la Noche, o El Caballero de la Oscuridad (como ha debido ser realmente llamado en la traducción). Esta es la primera película de Batman que en su nombre no lleva la palabra “Batman”, lo cual considero como un acierto, ya que es mucho más que una simple película sobre un super héroe que se disfraza de murciélago. Los súper héroes siempre han sido la fantasía de todo niño. Cada uno de nosotros soñó en algún momento de su infancia con ser Superman, Spiderman, Aquaman, o Iron Man, ya que representaban en su momento la lucha por el bien. La lucha por los valores que una sociedad debe tener y la lucha contra la maldad que trata de corromper esos valores. Pero el mundo de ciudad Gótica es más complejo que simplemente el bien y el mal. Y los valores no se encuentran divididos entre valores buenos y valores malos, por lo que el término “valores” es interpretado por cada uno a su medida. Es por eso que es acertado sacar al nombre de Batman del título de la película, para simplemente llamarla “The Dark Knight”.

¿Por qué “The Dark Knight”? La oscuridad, en términos físicos es la ausencia de luz, por lo que la existencia de un caballero de la oscuridad, en este mundo de dualidades, supone la existencia de un caballero de la luz, o un White Knight. ¿Quién es este Caballero Blanco? Su nombre es Harvey Dent. Harvey representa la esperanza de Ciudad Gótica. La esperanza de que por los medios legales se pueden lograr resultados. Harvey, como Fiscal General de la Nación, es quien se ha encargado de someter a la Justicia a los más grandes delincuentes de Ciudad Gótica. La película hace mucho énfasis en que el éxito de Harvey ha sido que ni se deja sobornar por la mafia, ni se deja influir por las amenazas.

Batman sabe que eso es lo que la sociedad necesita, no un vigilante enmascarado que se tome la justicia por sus propias manos. Si eso es lo que necesitara un país, sería banalizar toda la figura de las leyes y las instituciones a las que nos hemos comprometido dentro del contrato social. En una conversación entre Bruce Wayne (Batman) y la asistente del fiscal se evidencia lo anterior:

-“Bruce: ¿Recuerdas el día del que una vez me mencionaste, cuando Ciudad Gótica no necesitaría a Batman? Se acerca.

- Rachel: Bruce, no puedes pedirme que espere a que eso pase.

- Bruce: Está sucediendo en estos momentos. Harvey es ese héroe. Mandó a prisión a la mitad de los criminales de la ciudad, y lo hizo sin una máscara. Ciudad Gótica necesita un héroe con un rostro.”

Pero hay alguien que está dispuesto a impedirlo. Se le conoce sólo como The Jocker. ¿Su plan? Ninguno en especial, y el caos en general. Su único propósito es el de generar caos, con el fin de controlar las masas de una manera más ventajosa. Una sociedad con miedo es más fácil de manejar. ¿Suena conocido? The Jocker representa la revolución contra la institución. Su meta siempre es demostrar que las leyes y la moral no funcionan. Esto no significa que tenga una ideología determinada y legítima (“¿Crees que tengo pinta de ser un hombre con un plan? ¿Sabes lo que soy? Soy un perro persiguiendo a un carro. No sabría qué hacer con uno si lo atrapo.”, dijo el Jocker en una ocasión), pero tampoco significa que no represente una amenaza legítima a la institución (¿Suena conocido?).

Cuando la película inicia, Batman gozaba de la aprobación de la sociedad, debido a que el mismo miedo que generaba la mafia lograba que un vengador anónimo que hacía justicia por fuera de la institución fuera lo que la población consideraba que necesitaban, aunque el mismo Batman supiera que no era correcto. ¿Qué fue lo primero que hizo el Jocker? Convertir a Batman en el enemigo de la sociedad. ¿Cómo lo hizo? Generando un pánico mayor. The Jocker prometió que mucha gente iba a morir si Batman no se desenmascaraba y entregaba a las autoridades para ser sometido a la Justicia, como debería ser. Por lo que la sociedad, de la misma forma que un rebaño de ovejas asustado por un perro, cambió de lados y empezó a exigir que Batman se entregara (“¿Por qué no te corto en pedacitos y te doy de alimento a tus cachorros para que veas que tan leal es un perro hambriento?”, dijo el Jocker en otra ocasión).

Pero esto no impidió que Batman continuara luchando contra el crimen, porque su motivación no es la aprobación social ni el crédito por la victoria, sino simplemente la creencia de que se puede hacer el bien. Esto lleva a unas excelentes secuencias de acción al estilo antiguo, como se hacía antes de la era digital. La lucha no se da en un computador sino en persona y con objetos reales, lo que trae realismo a un mundo aparentemente inverosímil. Y ese es uno de los grandes logros de la saga de Batman realizada por Christopher Nolan, el hecho de que por más absurdo que sea una trama de un hombre que se disfraza de murciélago luchando contra un payaso, sólo por esas 2 horas y media, la audiencia logra creer que eso podría estar pasando en estos momentos.

Y finalmente, luego de la persecución, y ya con su vehículo derrotado, viene el enfrentamiento decisivo entre el Jocker y Batman. El primero sólo y desarmado y el segundo en su moto y andando a toda velocidad hacia el Jocker. El Jocker lo reta a que lo atropelle. Batman tiene 2 opciones. La primera es realmente atropellarlo, lo que acabaría con la amenaza más grande de Ciudad Gótica. Sin embargo, matar a una persona desarmada no es lo éticamente ni legalmente correcto (¿Suena conocido?), por lo que haría automáticamente que The Jocker sea el verdadero vencedor, por el hecho de haber derribado la moral de Batman (recordemos que Batman no usa armas mortales y nunca mata directamente a sus enemigos). La segunda opción, la más difícil, es no matarlo para hacer que sea sometido a la justicia, a pesar de que se tenga poca confianza en ésta. Batman igualmente elige el camino moral pero más difícil. Lo deja vivir. Tal vez Batman entiende que la verdadera amenaza de ciudad Gótica no es un loco asesino esparciendo terror por todos lados, sino que esto es producto de la corrupción social de Ciudad Gótica, por lo que la verdadera forma de combatirlo es mediante el ejemplo.

Sin embargo, la amenaza no ha terminado. Incluso desde la prisión, el Jocker sigue controlando su ejército (¿Suena conocido?) y sigue sobornando oficiales de la fuerza pública, por lo que logra secuestrar a Harvey Dent, y al amor Batman, la asistente del fiscal Rachel Dawes. Batman luego es puesto en otra decisión difícil. Debe salvar a uno de los 2. Debe decidir entre el amor de su vida, o la esperanza de la ciudad. Debe decidir entre el bienestar personal, y el bienestar de la sociedad. Si algo caracteriza a este nuevo Batman, es que constantemente nos recuerda que a pesar de toda su valentía, sigue siendo una persona como cualquiera de nosotros. Eligió su interés personal; pero no obtuvo ninguno de los 2 bienestares. No pudo salvar a Rachel, y encontró a un Harvey desmoralizado. Me recuerda a una frase de Winston Churchill antes de la Segunda Guerra Mundial en donde se refirió a Europa diciendo: “nos dieron para elegir entre la vergüenza y la guerra, elegimos la vergüenza y tendremos una guerra.”

Mientras Batman estaba distraído con su decisión, The Jocker logra escapar para seguir con su ola de terror. ¿Su plan de esta vez? Demostrar que cualquier ser humano tiene su precio. Demostrar que la moral de una sociedad no es absoluta, y que el egoísmo y el instinto de supervivencia son más grandes que nuestros valores como institución. Para lograr esto desarrolla una situación que en términos jurídicos se conoce como el “Dilema del Prisionero”. Tomó 2 barcos, ambos tenían una bomba cuyo detonador se encontraba en el otro barco. Un barco llevaba todos los prisioneros (asesinos, violadores, psicópatas) de Ciudad Gótica, y otro llevaba ciudadanos ordinarios. ¿El sentido de esto? Demostrar que incluso los ciudadanos ordinarios son capaces de asesinar si la situación los lleva a eso. No lo logró (“¿Qué tratabas de demostrar? ¿Qué en el fondo todos somos igual de feos que tu? ¡Estás sólo!”, le dijo Batman al Jocker sobre su intento fallido). Ninguno de los tripulantes de los barcos se atrevió a explotar al otro. Me pregunto si el resultado habría sido igual en el mundo actual, pero en una película de murciélagos y payasos dejemos que se salga con la suya el posible momento más irreal de toda la película por el bien del mensaje que se pretende dejar.

Entre tanto, Batman lleno de odio y venganza por la muerte de la única persona que amaba, se da cuenta que la amenaza del Jocker es mayor de lo que creía. Por lo que debe recurrir a medidas extremas. Desarrolla un sistema de vigilancia que logra interceptar cualquier telecomunicación realizada en Ciudad Gótica. En términos colombianos, Batman “chuzó” a toda la ciudad. Su fiel cómplice Lucius Fox le advirtió de los peligros:

“- Batman: ¿Es bello, verdad?

- Lucius: Bello. Antiético. PELIGROSO. Has convertido cada teléfono de Ciudad Gótica en un micrófono.

- Batman: Y en un generador y receptor de alta frecuencia.

- Lucius: Usted tomó mi concepto del sonar y lo aplicó a cada teléfono de la ciudad. Con más de media ciudad alimentando su sonar, puede tener una visión de toda Ciudad Gótica. Eso está mal.

- Batman: Debo encontrar a este hombre, Lucius.

- Lucius: ¿Pero a qué precio?

- Batman: La base de datos se encuentra encriptada. Sólo puede ser accedida por una sola persona.

- Lucius: Esto es demasiado poder para una sola persona.”

¿Suena conocido? Lucius Fox accedió a utilizarla sólo por esta ocasión, con la condición que la máquina de espionaje sería destruida una vez capturaran al Jocker. Situaciones desesperadas conllevan a medidas desesperadas. El fin justifica los medios. Sólo por este momento, los ideales de Batman habían logrado ser corrompidos. Se había convertido realmente en un Caballero de la Oscuridad. Pero le dio resultado. Gracias a este sistema de vigilancia masiva logró encontrar el paradero del Jocker para poder combatirlo. Batman había caído en la tentación de la corrupción impulsado por el miedo y el odio frente a una amenaza hasta cuando se encontró en la cima del mundo y con el peligro a punto de desaparecer (en el último piso de un rasca cielos y el Jocker cayendo hacia el abismo). ¿Y qué hizo en ese momento? ¿Lo dejó morir con la esperanza de que eso solucionaría todos los problemas de Ciudad Gótica? No, le salvó la vida. Le arrojó una soga y lo dejó colgando de sus pies para ser luego encontrado por las autoridades. Como forma de reivindicar sus principios, Batman decidió confiar una vez más en el sistema, en nuestras instituciones, a pesar de que éstas lo hayan defraudado en el pasado.

Pero quedaba un cabo suelto en el plan de The Jocker. Había logrado corromper a la única esperanza de ciudad Gótica, Harvey Dent. Lo llenó de tantos sentimientos de odio y venganza, que éstos empezaron a chocar con sus principios. Harvey se convirtió en una dualidad, en una moneda lanzada al aire, en un Jeckyl y Hyde, en Dos Caras (“Uno, o muere como héroe, o vive lo suficiente para verse convertido en un villano”, explicó Harvey Dent). Por eso decidió secuestrar a la familia del Teniente Gordon. Parecía que el Jocker había ganado, y demostrado que todos tenemos un precio. La imagen de Harvey Dent estaría manchada para siempre:

-Batman: La ciudad te acaba de demostrar que hay gente dispuesta para creer en el bien.

- Jocker: Hasta que su espíritu se rompa completamente. Hasta que le den un buen vistazo al verdadero Harvey Dent y a todo lo heroico que ha hecho. ¿Creías que iba a arriesgar perder la batalla por el alma de Ciudad Gótica en una pelea de puños contigo? No, se necesita un As bajo la manga. El mío es Harvey.

- Batman: ¿Qué has hecho?

- Jocker: Tomé al Caballero Blanco de Ciudad Gótica y lo rebajé a nuestro nivel.

Pero Batman sabe que las sociedades necesitan mártires. Necesitan ejemplos. Necesitan saber que si una persona pudo lograr algo, cada uno puede hacer lo mismo. Necesita saber que sin necesidad de ser corruptos, se pueden lograr grandes cosas, las cuales efectivamente se lograron antes de que el Jocker manchara la imagen de los implicados. Es por eso que decidió asumir la responsabilidad, para que la imagen de Harvey quedara intacta. “Yo soy lo que Ciudad Gótica necesita que sea”, era la forma en que Batman dijo que debía reivindicarse por haber desviado sus valores en algún momento. Debía asumir las consecuencias de sus actos sin esperar ser premiado por sus hazañas.

Retomando a Winston Churchill, él dijo que “la falla de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes.” Batman decidió ser útil, me pregunto cuantos de nuestros líderes piensan de la misma forma. Tal vez por eso no los consideramos héroes y a Batman sí. El Caballero de la Noche nos muestra precisamente un modelo a seguir. No es un súper héroe con poderes irreales, sino a un ser humano como cualquiera de nosotros que decidió por convicción propia servirle a la sociedad sin esperar nada a cambio. No nos muestra a alguien que no comete errores, sino alguien dispuesto a asumir las consecuencias de sus errores. Si recordamos personajes influyentes en la historia como Jesucristo, o Gandhi, ellos no se caracterizaban por no romper las leyes. Al contrario, las quebraron cuando las consideraban injustas pero para luego asumir las consecuencias legales del quebrantamiento (Jesús se dejó crucificar y Gandhi se entregó voluntariamente a la cárcel). El Batman que nos muestra esta película no representa el bien, ni el mal. Es un reflejo de lo que la sociedad esperaría que seamos cada uno de nosotros.

Al final, el hijo del Teniente Gordón le pregunta a su padre por qué las autoridades deben perseguir a Batman. Y Gordon, quien sabiamente sabe que la Justicia no puede lograrse con manos particulares, por más buenos resultados que se den, so pena de caer en el anarquismo, le responde a su hijo: “Porque es el héroe que Ciudad Gótica se merece, pero no ahora mismo. Así que debemos perseguirlo, porque él puede tolerarlo. Porque él no es nuestro héroe. Es nuestro guardián silencioso. Un protector observador. Un Caballero de la Oscuridad”(The Dark Knight).

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